A veces la vida nos sorprende con situaciones, como la presencia inesperada de una enfermedad. Tal vez llega en el momento en el que tu vida transcurría de manera usual, las metas que te proponías las ibas alcanzando, sentías que contabas con seguridades, que tu familia tenía una dinámica propia y que tu día a día estaba centrado en lo que era importante… y de repente todo cambia. 

Es difícil sentir que una situación de salud va cambiando radicalmente las rutinas, las metas y el día a día, pues es ver cómo una enfermedad llega a despertar la propia realidad de la fragilidad humana, transparentando todos aquellos miedos o situaciones que cuestan manejar, y así mismo, nos invita a ver lo realmente valioso.

Despiertas a un nuevo mundo, tal vez de tratamientos, citas médicas, medicamentos, entre otros; siendo, en muchos casos, un mundo desconocido, sobre todo si gozabas de buena salud y eres una persona activa. 

Surgen preguntas, buscando causas o culpables de una situación de enfermedad, y tal vez llegas a encontrar que sencillamente la enfermedad es parte de la vida y afrontarla es un reto, puede el más grande que hayas vivido hasta el momento.

En esta vivencia de enfermedad las emociones quieren comunicar qué algo importante está pasando. El propio cuerpo experimenta cambios, de pronto no funciona de la misma manera y estas aprendiendo a conocer los propios ritmos. Quizás, la ocupación se interrumpe o cambia de manera drástica; tu rol en la familia puede verse alterado, ya sea como mamá, papá, esposo, esposa, hijo, hermano (a) etcétera, y puede que encuentres personas a tu alrededor buscando apoyarte y ayudarte, pero a veces sencillamente no quieres tener tantos cambios que llegaron sin pedir permiso, y las emociones quieren aflorar, la rabia, tristeza y el miedo frente a una situación de mucha incertidumbre. 

Puedes pensar y si volteas a ver lo que has alcanzado y cómo lo has hecho, si miras a las personas que amas, tus sueños, tus luchas, seguramente iras encontrando razones. El dolor y el sufrimiento humanamente los queremos evitar, sin embargo, gracias a éstos, podemos tener los más grandes aprendizajes de la vida, cambiar nuestras prioridades, ver lo realmente valioso, descubrir nuestra fragilidad y a veces llega a ser una oportunidad para vivir de manera más plena y autentica.

Es una decisión personal la actitud que asumimos frente a una vivencia de enfermedad, pero seguramente no te es fácil encontrarte todos los días con una realidad de cambios importantes y generas cierta resistencia.

• ¿Sientes que no está siendo fácil manejar tus emociones con una situación de enfermedad?
• ¿No quieres que tu familia se afecte con todas las cosas que piensas y/o sientes de la situación de salud que estas viviendo y no sabes cómo o con quién expresarte?
• ¿Crees que tu familia está muy cargada por una situación de enfermedad y/o se está perdiendo la armonía, la tranquilidad y/o la comunicación está muy difícil?
• ¿Estas experimentando una tristeza profunda y/o irritabilidad que sientes te está interfiriendo en tu cotidianidad de manera importante?
• ¿Percibes respuestas de ansiedad que sientes son de difícil manejo?

Si al hacerte estas preguntas te das cuenta de que no está siendo fácil vivir una situación de enfermedad y/o que tus emociones se encuentran desbordadas:

• Pide ayuda, un proceso psicoterapéutico podría ser una opción para ti en este momento de vida.
• Fortalece tu red de apoyo
• Hablar con otras personas que están pasando situaciones de enfermedad similares puede ayudarte a comprender que no eres solo tú quién enfrenta este tipo de situaciones, encontrar herramientas útiles y ayudar a otros con tus experiencias.

Cada persona es única, las vivencias de cada quien, tienen un proceso de afrontación diferente, en donde características de la personalidad, el momento de vida y curso de la enfermedad podrán influir.

Si quieres que te ayude a darle la vuelta a una enfermedad que te cambio la vida, no dudes en consultarme. ¡Estoy dispuesta a ayudarte en que transites este cambio en tu vida.

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